27 de septiembre de 2007

Comunicado Sindicato Trabajadores El Siglo

Una vez más los abusos de los empresarios en contra de los intereses y derechos de los trabajadores brotan como el agua de un manantial, una vez más se pasan a llevar a aquellos que han sido los que se jugaron en su momento por terminar con un sistema absolutamente totalitario, sin mayores intereses que apostar por una vida más digna para ellos y los suyos.
Lo lamentable es que aquellos en los que la gente confió hoy no hacen más que trabajar para el gran capital y los explotadores de este país, incluso muchos que se disfrazan con trajes de izquierda, aquellos como la denominada “Legión Extranjera”, que son los que hoy tienen el control del gobierno, los ministerios y la gran mayoría de los directorios importantes en este país.
Es un secreto a voces, a gritos que hoy en la gran mayoría de las pequeñas y medianas empresas de nuestro pais, “los emprendedores” como dice el gobierno, las empresas que hoy entregan más del 80% del trabajo remunerado, las relaciones laborales tienen características medievales, son relaciones absolutamente feudales, esto con la anuencia de todas las autoridades del gobierno, incluída la Dirección del Trabajo, y de la dirección de la CUT, que en su afán de mantener vigente la agenda laboral miran hacia el lado, hoy se sientan nuevamente en una mesa común y la gran “afinidad existente entre el ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, y el presidente de la CUT, Arturo Martínez (ambos militantes socialistas), fueron clave para que los vínculos regresaran.” (del portal y directorio internet de las pequeñas y medianas empresas chilenas PYME, 25/09/07), “ Mi relación con la CUT está en muy buenas condiciones, a pesar del paro del 29 de agosto. Hemos logrado una conversación muy grata y cercana, por lo que dan ganas de seguir trabajando en el futuro", dijo Andrade. Durante el encuentro”, (misma fuente y fecha).
Está claro que nada de esto ha cambiado la relidad laboral de los trabajadores que a diario sufren las violaciones a los derechos laborales a los pocos derechos que aún se conservan, se siguen desconociendo y pasando a llevar sus derechos fundamentales y nadie hace o dice nada, pués este pais es un ejemplo de desarrollo para el resto de América Latina, pero no dicen que es a costa del desangramiento de miles de trabajadores y de sus familias, que viven en condiciones paupérrimas.
Esperamos que en algún momento la situación cambie, y eso pasa por construir organismos que estén al servicio de los trabajadores y el pueblo, aún hay quienes creen que en el ámbito laboral como en muchos otros todavía es posible hacer justicia, desde nuestra parte el proyecto de construcción de Pueblo en Lucha es parte de este intento de muchos por construir algo verdaderamente al servicio de los que nada tienen. A los compañeros de la Editorial Siglo XXI (Semanario El Siglo), les decimos que tengan mucha fuerza, pués somos muchos más los que estamos luchando por cambiar la realidad de esa gran mayoría de trabajadores que a diario son pasados a llevar en sus derechos más básicos, y que no cejaremos en los intentos por confluir en algún momento en un proyecto de construcción común.
Compañeros, Fuerza y adelante
Ignacio Illesca Pérez
Presidente
Sindicato de Trabajadores de Imprenta Quinteros Ltda.
R.S.U. 13.01.2882
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Comunicado Sindicato Trabajadores El Siglo
A los dueños de la empresa les pedimos consecuencia
Los trabajadores del Semanario El Siglo, organizados en este sindicato, anunciamos muy a nuestro pesar que, el lunes 24 de septiembre, votamos la huelga legal ante la persistente negativa de la empresa a conversar con nosotros. Los trabajadores de El Siglo, la mayoría de larga data en este medio de comunicación, lamentamos que este proceso de negociación colectiva, al que fuimos impulsados por la arrogancia de los dueños de la empresa Editorial Siglo XXI, haya llegado a este punto de inflexión. Varios hemos compartido como compañeros leales en riesgosos episodios de lucha contra la dictadura, con los mismos que hoy, en su calidad de patrones, nos niegan la palabra, nos hostigan laboralmente, nos despiden, nos trasladan de lugar de trabajo sin aviso previo y nos mandan hacinados a una sala aún sin habilitar para cumplir nuestras funciones. Todo esto, en vísperas de votar la huelga. Actitudes que identificamos como propias del peor empresariado nacional.
Lo que estamos pidiendo simplemente es que se respeten nuestros derechos como trabajadores, considerando además que aportamos con años de carencias y sacrificios a este que fuera un proyecto compartido de construcción y fortalecimiento de nuestra prensa.
La mayoría de nosotros no cuenta con contrato laboral. Sólo dos integrantes de nuestro sindicato tienen contrato indefinido y les imponen por el salario mínimo. Otros, aceptaron como favor a la empresa, firmar un contrato (ficticio) a honorarios hace un par de años, cuando la empresa corría el riesgo de ser multada por diversas infracciones a las leyes laborales. De esos mismos contratos se vale ahora la empresa para intentar despedir, sin ninguna compensación, a dos de los más antiguos trabajadores de nuestro medio.
Es sabido, y aceptado por nosotros en su momento, que nuestros sueldos son bajos. Quien más gana recibe $280.000, con más de 17 años de experiencia y cumpliendo cargos de responsabilidad, mientras que el editor internacional apenas alcanza un sueldo de $130.000.
Con nuestros sueldos, como es imaginable, sólo se puede vivir al día. No tenemos capacidad de ahorro, y la mayoría de nosotros tiene lagunas previsionales que superan la década.
A comienzos de los noventa aceptamos estas condiciones concientemente, porque estábamos ayudando a construir la prensa de izquierda y difundiendo los problemas sociales y laborales que vivimos los trabajadores, aunque incluso en ese primer período tuvimos contrato de trabajo bajo otra razón social. Pero las condiciones fueron cambiando paulatinamente, hasta que nos vimos obligados a organizarnos como gremio debido a las decisiones unilaterales que emprendió la dirección del medio, que contemplaron el despido de tres de nuestros compañeros, la amenaza de despido contra otros tres y el posterior menoscabo y maltrato hacia quienes continuamos cumpliendo nuestras funciones, llegando al momento actual en que nos encontramos hacinados y aislados en una oficina de la Fundación Gladys Marín, sin teléfono, ni conexión a internet y marginados por el director Francisco Herreros, y la subdirectora, Dolores Cautivo, de la producción del medio.
Hoy martes solicitamos los buenos oficios de la Dirección del Trabajo, intentando una vez más, que sea el diálogo entre la empresa y nosotros, el camino que ponga fin a un conflicto que nunca debió existir y que a nuestro juicio se vio alentado por la soberbia y terquedad de la empresa, propia de los mismos sectores dominantes que marginan y excluyen a los más desprotegidos, aquellos sectores que denunciamos semanalmente desde nuestras páginas ante nuestro pueblo.
Llamamos a nuestros lectores y compañeros a materializar el apoyo que nos han manifestado, difundiendo los comunicados que hemos enviado y aclarando las tergiversaciones que sobre nuestras demandas se han difundido.
A los dueños de la empresa les pedimos un mínimo de consecuencia que corrija una actitud que sólo está ocasionando daño al Semanario El Siglo y a los ideales que dicen representar.
Ana Muga Sáez
Periodista
9.0859133

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