Pueblo en Lucha en el Seminario Internacional de Revista de América
"De la lucha por la vivienda a la lucha política"
En el Seminario de Revista de América, realizado entre el 17 y el 20 de Agosto de 2007 en Buenos Aires, participaron los compañeros Miguel, coordinador de Pueblo en Lucha de Chile y Yeny, dirigente de ANDHA Chile. A continuación y con una introducción nuestra, reproducimos un artículo entregado por los compañeros al finalizar dicho seminario.
Durante muchos años, Chile fue mostrado al mundo como un ejemplo de democracia y de las bondades del modelo económico neoliberal: Alto crecimiento económico, estabilidad social, gobiernos estables, acuerdos de libre comercio con la mayoría de los piases del mundo etc. que permiten a los trabajadores tener un mejor nivel de vida.
Sin embargo, durante los últimos años, estas mentiras propagadas por los publicistas del imperialismo, se han ido cayendo una a una en la medida de que los trabajadores y sectores populares, comienzan a romper con sus luchas, las barreras que impone a los trabajadores la constitución de 1980, impuesta por la dictadura militar y defendida por los partidos de la concertación que gobiernan el país hace mas de 25 años.
En Chile es imposible una movilización sin enfrentamiento con la policía. Los trabajadores que salen a huelga saben que deben enfrentar a la policía. Los estudiantes en cada movilización enfrentan en las calles a las fuerzas de choque mandadas por el gobierno. Los pobladores que luchan por el derecho a la vivienda, los Mapuches que luchan por el derecho a la tierra etc. saben que sólo enfrentando a los policías pueden avanzar en sus luchas. Esa es la razón de que cada movilización termina en enfrentamiento en las calles y con compañeros detenidos, como ocurrió el 11 de septiembre.
Con el objetivo de solidarizar con el pueblo chileno, desde estas paginas y desde Revista de América hemos comenzado una serie de artículos sobre las luchas del pueblo chileno para mostrar a nuestros lectores la verdadera realidad de nuestros hermanos.
Escriben, Miguel y Yeny
El Santiago que recibe al visitante extranjero es el Santiago de la prosperidad, edificios de decenas de pisos y gigantescas pantallas en la Alameda. El símbolo de una economía estable, de un crecimiento sostenido, de las bondades del capitalismo con la menor intervención estatal. El ejemplo de desarrollo para América Latina.
Lejos de los letreros y de la iluminación se extiende un cinturón de pobreza que rodea la capital, el equivalente chileno de las villas, las poblaciones. Durante los ochenta, la dictadura gorila destruyó los asentamientos populares dentro de la ciudad y reubicó a los pobladores en la periferia de Santiago. Los gobiernos de la Concertación han continuado y profundizado esta política, en beneficio de los grandes bancos, de las empresas constructoras, inmobiliarias y el conjunto de los patrones. No hay mejor administrador del modelo económico gorila que la democracia cristiana y el partido socialista chileno.
En general la política habitacional en Chile consiste en la entrega de un subsidio estatal para la compra de vivienda construida por privados en terrenos de propiedad privada (hace mucho tiempo que el estado proporcionó a los patrones casi la totalidad de los terrenos fiscales). Estas casas tienen un costo de unos 21.000 dólares, con el estado entregando menos de la cuarta parte a los bancos, el resto debe pagarlo el pueblo a las instituciones financieras a altísimas tasas de interés que absorben todo el subsidio. Deudas a veinte años, con los primeros diez años de pago exclusivo de intereses. Créditos que obligan a renegociar constantemente y que generan que los pobladores deban pagar hasta tres veces el valor de su vivienda. Los dividendos llegan en algunos casos a igualar en la práctica al salario mínimo. Es imposible para el pueblo pagarlos por un tiempo sostenido y los remates eran cosa cotidiana hasta que la organización y lucha popular los congeló.
Hoy el pueblo tiene una agrupación llamada Asamblea Nacional por los Derechos Habitacionales (ANDHA Chile a Luchar) que reúne a más de 80.000 familias en todo Chile. Mediante la lucha constante, la ocupación del Congreso Nacional, el corte de calles, la toma de ministerios y con pobladoras que siguen a la presidente Bachelet a todo acto público en cualquier lugar, sobrepasando todas las medidas de seguridad represivas heredadas del gorilaje; se empiezan a ver resultados. ANDHA ha conseguido que el gobierno absorba la deuda de los pobladores que se habían endeudado con el mismo estado actuando como prestamista (los llamados deudores Serviu) y de los deudores mixtos (Serviu – Banca), la lucha continúa hasta que los trabajadores que fueron obligados a endeudarse con los bancos tengan solución.
ANDHA Chile a Luchar en unión con otras asambleas poblacionales que agrupan al pueblo sin techo, a los que viven en las casas de familiares (casas pequeñas y mal construidas de los programas habitacionales), Agrupación de Pobladores y Pobladoras Sin Techo (APST) y el Movimiento de Pobladores en Lucha (MPL) plantea además un cambio global en la política de vivienda, centrado en reconocer a la vivienda como un derecho popular garantizado por el estado, que debe traducirse en una vivienda digna gratuita, construida por una empresa estatal bajo control de los trabajadores y con participación poblacional.
De las Luchas por la vivienda a la Lucha Política
En la lucha por la deuda, los pobladores han avanzado sin el apoyo político de ningún partido del sistema, desde la derecha más pinochetista, a la izquierda tradicional, todos han tratado de reprimir o utilizar. Son frecuentes las intervenciones de teléfonos y las amenazas del gobierno a dirigentes de la agrupación, los intentos de comprar dirigentes o de infiltrar el movimiento popular. Los partidos intentan capitalizar votos haciendo promesas que luego traicionan, dirigentes comunistas incluso trataron de dividir la agrupación. Todos se han estrellado con el muro de una organización de clase.
En el camino de la deuda, los políticos repetían una y otra vez, no nos amenacen con los votos, el pueblo o vota por la derecha o por la concertación, aunque no demos soluciones van a votar por nosotros. La maduración de la conciencia del movimiento permitió que sectores importantes se dieran cuenta que era imposible una vivienda digna si no iba acompañada de la transformación social completa y que sólo el pueblo organizado por si mismo, puede disputar la conducción patronal de Chile.
Paralelamente se ha producido un despertar de la lucha de los trabajadores en Chile, grandes huelgas de los trabajadores tercerizados tanto en las forestales como en el cobre. El modelo de desarrollo chileno consistente en la explotación de los países hermanos, en la depredación de los recursos naturales y en la super explotación de su propio pueblo estaba tocando techo. Salarios cada vez más bajos, empleos cada vez más inestables, incluso el producto nacional bruto en caída, el dinero que queda en el país para el reparto burgués ha caído sostenidamente en los últimos años y por sobre todo una profunda desigualdad. Un país donde el quintil más rico de la población gana 13,10 veces más que el quintil más pobre. Una economía que se sustenta sobre el total abandono del estado a su rol social, con una educación privatizada y con los restos de la educación pública agonizando, contexto que llevó a las grandes movilizaciones de estudiantes el año pasado y este año; la llamada revolución pingüina.
En este escenario ANDHA Chile a Luchar llamó a un congreso de dirigentes sociales, que reunió a dirigentes sindicales (de la Confederación Bancaria, una de las agrupaciones sindicales más numerosas de Chile, de Nestlé, de guardias, etc.) dirigentes poblacionales (de ANDHA, de APST, del MPL), dirigentes de juntas de vecinos, de los estudiantes secundarios y universitarios, así como a dirigentes de izquierda provenientes del trotskismo y de otras vertientes de la izquierda revolucionaria. La conclusión de este congreso fue la necesidad de construir un instrumento político al servicio del movimiento social, con la más radical participación democrática de las bases y que avance hacia un proceso de acumulación de fuerza que posibilite un cambio global de la sociedad. Se ha recalcado especialmente su distanciamiento de la izquierda tradicional, el hecho palpable de que los sectores populares o votan por la derecha o por la concertación y que el objetivo es la disputa de la inserción política en estos sectores. La necesidad de construir un partido de clase, independiente y con un programa elaborado desde los frentes de lucha. El objetivo final entendido como el control popular y por lo mismo democrático de la sociedad y la propiedad por parte del pueblo de la producción y el intercambio.
Después de dos encuentros nacionales y de la incorporación de compañeros de otros sindicatos, como la FENATTRANS (la Federación Nacional de Trabajadores del Transantiago), se ha iniciado el proceso de inscripción electoral. Para esto el estado chileno, heredero de la dictadura fija cientos de trabas burocráticas y económicas. El instrumento político llamado Pueblo en Lucha, entregó escrituras públicas, estatutos, declaración de principios y 130 firmas (la ley exige 100) de dirigentes sociales, muchos de los cuales renunciaron a partidos de todo tipo, indicador del nivel de maduración de los sectores populares, protocolizadas ante notario. El servicio electoral chileno objetó desde el nombre hasta los principios, clamando que se llamaba a destruir la paz social. Aún así el instrumento logró superar los obstáculos y hoy inicia el camino de la recolección masiva de firmas. En un plazo de 7 meses deben entregarse cerca de 25.000 firmas, todas realizadas ante notario, lo que tiene un costo de alrededor de 2 dólares por firma. Los patrones impiden la llegada del pueblo a los procesos electorales por las vías económicas, en Chile sólo los ricos pueden formar partidos políticos. Pueblo en Lucha, levantado por los sectores más pobres y postergados de la sociedad chilena, busca hoy con unidad y organización avanzar en Chile y contribuir con los pueblos y movimientos hermanos en toda nuestra América Latina, que avanzan en el camino de la construcción de una sociedad igualitaria.
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