Brasilia, 18 jun (PL) Las protestas en una veintena de ciudades
brasileñas denotan hoy un creciente malestar popular por la continúa
alza de los precios, el elevado costo de la vida y el gran gasto público
para la Copa de Confederaciones.
Las manifestaciones, iniciadas el pasado día 3 en Sao Paulo en contra
del aumento del pasaje de los ómnibus, trenes y metro, adquirieron
fuerza hasta extenderse por principales municipios estaduales, sumando a
su paso otros reclamos.
Ahora, además de rechazar una subida de
la tarifa del transporte público en casi todos los estados en 0,20
reales (0,10 centavos dólar estadounidense), la ciudadanía demanda menos
corrupción y mayor inversión en educación y salud.
Los
pronunciamientos son también en contra del excesivo gasto público en las
construcciones de los estadios para la Copa de Confederaciones y los
aun en ejecución para el Mundial de 2014.
Estos reclamos fueron
la gran motivación de las marchas, que alcanzaron su clímax este lunes
con la participación -según medios de prensa brasileños- de unas 200 mil
personas en las manifestaciones en una veintena de ciudades.
En
Brasilia, más de cinco mil jóvenes se concentraron en las afueras del
Congreso Federal, donde gritaron consignas en contra de los
parlamentarios y llamaron al Gobierno a preocuparse más por el gasto
público.
Queremos escuelas dignas, educación y salud de calidad y
menos corrupción, declaró Joao Ventia, de 27 años de edad, al criticar
los ostentosos gastos realizados para remodelar los estadios, que ahora
tienen precios más altos.
No nos hace falta ese tipo de
instalaciones deportivas, ni Copa de Confederaciones y Mundial en 2014;
nos hace falta una mejor atención médica, buenas escuelas públicas y una
enseñanza de excelencia, destacó por su parte Camilo Moroti, estudiante
universitario de 22 años de edad.
Además de la capital federal
se registraron masivas manifestaciones en Belo Horizonte, Minas Gerias,
donde unas 30 mil personas marcharon hasta las proximidades del estadio
Mineirao durante el partido Nigeria y Tahití y fueron reprimidos por las
fuerzas del orden.
En Río de Janeiro salieron a las calles unos
15 mil jóvenes, mientras en Sao Paulo lo hicieron 65 mil según datos de
movimientos y redes sociales.
En la capital carioca un grupo de
protestantes protagonizó destrozos en las afueras de la Asamblea
Legislativa, quemó un auto y una agencia bancaria, lo cual motivó la
intervención policial. En Sao Paulo, la marcha fue pacífica.
En
Porto Alegre, Río Grande do Sul, la policía dispersó también un grupo
con gases lacrimógenos, mientras ocurrieron igualmente protestas en
Salvador, Curitiba, Maceió, Belem y Santos, entre otras ciudades. |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario